La catedral de Espira (Speyer en alemán), junto con las de Worms y Maguncia (Mainz en alemán) forma el conjunto de las llamadas catedrales imperiales (Kaiserdome) de la región alemana de Renania-Palatinado.
La de Espira está dedicada a San Esteban y a Nuestra Señora de la Asunción. Destaca por ser el edificio románico en pie más grande del mundo.
Su construcción comenzó en 1030 durante el reinado del emperador Conrado II, prosiguió durante el reinado de su sucesor Enrique III el Negro y finalizó en 1061, durante la minoría de edad de Enrique IV, pero desgraciados acontecimientos provocaron su ruina y fue reconstruida en el siglo XVIII y otra vez en el XIX.
Llama la atención el estar construida completamente en arenisca roja cuyo color sólo contrasta con el verde de las cubiertas de cobre.
Su cabecera muestra escasa decoración. Dos torres rodean el ábside.
Éste se articula mediante una serie de grandes arcos ciegos separados por columnas y sobre ellos una arquería similar con las arcuaciones mucho más pequeñas.
En una de las columnas se inserta un interesante sillar esculpido.
En su parte occidental muestra el denominado “westwerk”, cabecera situada a poniente que añade a la iglesia un gran pórtico y una tribuna regia flanqueadas por dos elevadas torres. En esa parte se situaba el emperador cuando acudía a los oficios religiosos. Ésta doble cabecera es propia de la arquitectura alemana desde la época de los otónidas.
En el conjunto se observan en total cuatro torres y dos cúpulas.
El interior se divide en tres naves y muestra un transepto muy elevado respecto a ellas. Las naves se cubren con bóvedas de arista.
El transepto está elevado con respecto a las naves y se cubre con bóvedas ojivales. Así el presbiterio queda también muy por encima del espacio destinado a los fieles.
La cúpula del crucero descansa sobre trompas.
Las portadas no adquieren excesiva importancia y los capiteles suelen ser cúbicos a modo de dados. En general carecen de escultura, aunque hay excepciones. En muchos casos fruto de las reconstrucciones del XVIII y XIX.
Como en todas las catedrales imperiales sorprende la altura de las naves lo que añadido al número de torres da una acusada impresión de verticalidad, muy alejada del tópico que ve en el románico una arquitectura fundamentalmente horizontal. Tanto en esto como en el “westwerk” es manifiesta la influencia de San Miguel de Hildesheim.
La cripta es lo único que se conserva de la estructura original. Está situada bajo el presbiterio y el transepto. Consagrada en 1041, es un bosque de columnas con capiteles cúbicos que sostienen bóvedas de arista. En los arcos alternan sillares rojos y amarillentos.
A la entrada del ábside de la cripta hay una pila bautismal del siglo XII.
La austeridad es aquí estricta regla en columnas y capiteles.
En la cripta reposan cuatro emperadores y otros reyes alemanes, cuyos sarcófagos se han colocado de forma ordenada en un espacio rehabilitado.