Murbach fue una de las más poderosas abadías benedictinas de la región. Fue fundada por el obispo Pirmin. Pipino el Breve y Carlomagno la visitaron. Sus derechos y propiedades se extendían sobre más de doscientas localidades desde Suiza al Palatinado.
En el siglo VIII ya tenía una gran colección de manuscritos.
Arrasada por los húngaros en la segunda mitad del siglo X, recuperó su esplendor con el apoyo de los emperadores otónidas. Su abad era príncipe del Sacro Imperio. Llegó a tener el derecho a acuñar moneda propia.
La iglesia de San Ligero fue construida en el siglo XII.
Desde el aparcamiento se cruza un precioso jardín medieval antes de llegar a la iglesia y se pasa bajo el arco con el símbolo de Murbach: un galgo.
La iglesia era de tres naves y tres ábsides con cabecera plana y transepto. Las tres naves fueron demolidas en 1738 para construir una iglesia barroca, obra que no se llegó a realizar, y hoy día únicamente subsisten la cabecera y el transepto, que se convirtieron en iglesia parroquial.
En ambos extremos del transepto se levantan dos impresionantes torres cuadrangulares.
La cabecera es la parte más interesante. Muestra esculturas en el triángulo de cierre. Por encima de los dos pisos de ventanas hay diecisiete columnas y pilastras con capiteles, todas distintas y muy decoradas. Se distinguen rostros, animales y figuras geométricas.
Por encima queda una ventana, que a un lado muestra una escultura de lo que parece la escena de una confesión y al otro un personaje con un cáliz acompañado de un ángel.
La abundancia de lesenas y arcuaciones ciegas modulan la gran masa pétrea que forma la iglesia.
Piedra arenisca rojiza y calizas más claras alternan en todos los arcos e irregularmente en los muros.
Los ábsides y el transepto se cubren con bóvedas de cañón soportadas por arcos de medio punto.
El tímpano del portal sur recuerda ciertas obras orientales, con su composición en bajorrelieve: dos leones enfrentados encuadrados por hojas y palmetas.
Es una joya!!!!!!
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