San Esteban de Aramil
Su nombre completo es San Esteban de los Caballeros.
La encontré gracias a la amabilidad de los lugareños pues con los indicadores oficiales lo más fácil es perderse.
Aislada en medio de los campos, la naturaleza, el paisaje, la soledad y el silencio, pese a la proximidad de la autovía, hacen de ella un lugar óptimo para pasar un buen rato.
Es una pequeña iglesia de una nave encabezada por un ábside semicircular.
Tiene portadas al sur y al oeste.
La del oeste tiene dos arquivoltas y guardapolvo, que descansa sobre dos columnas que a su vez se apoyan en basas decoradas con flores de lis. La arquivolta exterior está decorada con dientes de sierra. El guardapolvo es ajedrezado.
La imposta está formada por semicírculos (muy frecuentes en iglesias románicas asturianas). Los capiteles de la izquierda muestran entrelazos y una cabeza mordiendo una palmeta (¿el famoso «hombre verde»?. Los de la derecha son vegetales.
Sobre la portada hay incrustada una inquietante calavera en piedra, que fue traída del cementerio tras la restauración.
La portada sur, más pequeña, tiene la arquivolta interior lobulada y la exterior formada por cabezas picudas, que se suponen de origen normando. La unión de ese tipo de lóbulos denominados rollos zamoranos y las cabezas picudas se da en diferentes iglesias asturianas. El guardapolvo está decorado floralmente.
El ábside se levanta sobre un zócalo y presenta cornisa con decoración geométrica, que sostienen canecillos, muchos de ellos figurados, entre los cuales hay metopas con decoración floral.
Tiene una ventana en el centro decorada con dientes de sierra similares a los de la portada oeste y columnas con capiteles vegetales.
A la altura de la ventana recorre el ábside un friso ajedrezado.
Algunos de los canecillos muestran rollos y otras representaciones decorativas y geométricas.
Pero muchos otros son figurativos.
La pareja abrazada es frecuente en iglesias de la zona.
También el hombre con tonel.
Resulta curioso este rostro de larga barba.
O este monje agachado.
También hay canecillos zoomórficos.
El aparejo de la iglesia es de mampostería excepto en las cantoneras y alrededor de puertas y ventana donde es de buenos sillares.
Se considera de principios del XIII y fue restaurada a finales de los años cincuenta del siglo pasado.
Entre que es conocida con el nombre de «Los Caballeros», la calavera (ahí ven a Bafomet), el hombre verde, las flores de lis y los supuestos símbolos solares de las metopas esta iglesia es una delicia para los amigos del esoterismo templario.