San Julián de los Prados
Está situada en la misma ciudad de Oviedo y es conocida con el nombre popular de Santullano.
Es una construcción de la época de Alfonso II. Formaba parte de todo un conjunto palaciego.
De planta basilical con tres naves, tres ábsides y transepto que no sobresale del edificio pero que es más alto que la nave.
La nave está separada del transepto y tres grandes arcos de medio punto los comunican. Pilares soportando arcos de medio punto separan las naves.
A cada lado del transepto hay una pequeña estancia, lo que da aún mayor amplitud al edificio.
En el muro norte se supone que se situaba una tribuna regia en madera.
Precede la iglesia un pórtico a poniente, que protege la puerta de acceso.
Las puertas que daban a las capillas laterales están inhabilitadas.
Iluminan la nave tres ventanas a cada lado que se abren por encima de las naves laterales.
Tiene una ventana en cada ábside protegidas por celosías. Sobre cada una de ellas hay un arco de descarga en ladrillo.
En el ábside central se abre por encima una ventana triforada, que da a una estancia sin acceso por el interior.
Las cubiertas de las naves son de madera, por el contrario los ábsides se cubren con bóvedas de cañón.
Se conservan buena parte de las pinturas al fresco, en la nave central y el transepto, que la decoraban por completo. Están divididas por franjas horizontales y abunda la decoración de tipo arquitectónico. No hay ninguna representación humana. Predominan los colores amarillo, rojo y gris azulado.
En la fachada se levanta una espadaña de dos ojos.
Tiene contrafuertes en los ábsides y en los muros laterales.
El aparejo es de mampostería con cantoneras.