Santa Cristina de Lena.
En un monte cercano a Pola de Lena. Un sendero conduce a ella en pocos minutos desde la carretera.
Construida en época de Ramiro I, al igual que Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo. Algunos opinan que sobre un templo anterior visigótico.
Desde el siglo XVI tenía la bóveda hundida, siendo restaurada en el siglo XIX. En 1885 ya fue declarada Monumento Histórico Artístico.
El paisaje del lugar donde se encuentra es espectacular.
Consta de una nave de la cual sobresalen un pórtico, un ábside plano orientado al este y dos estancias -posibles capillas- en el centro de los muros laterales, lo que le da un aspecto de planta de cruz griega.
Esta forma así como la gran cantidad de contrafuertes que posee hacen que Santa Cristina haya sido denominada “la iglesia de las esquinas”.
En el pórtico se abre la puerta arco de medio punto entre contrafuertes.
Tras la puerta se halla el pequeño nártex con bancos de piedra a los lados y sobre él la tribuna a la que se accede por una escalera adosada al muro norte.
La nave se cubre con bóveda de cañón que apoya sobre fajones, que, a su vez, reposan en columnas con capiteles troncopiramidales. Exteriormente los arcos son reforzados con contrafuertes.
En algunas de las enjutas de los arcos hay medallones y paneles como en Santa María del Naranco.
En los capiteles se representan leones.
Hay algún panel incrustado en los muros representando caballeros con lanza.
El presbiterio está elevado respecto a la nave. Lo separa de ésta un iconostasio formado por tres arcos de medio punto sobre columnas de mármol y capiteles. Sobre los arcos hay celosías caladas
Los capiteles son corintios.
El arco central está separado de la nave por un cancel formado por tres piezas de origen visigótico. En la parte superior de dichas piezas hay una inscripción en la que consta la dedicación por el abad Flaino de la iglesia a San Pedro y San Pablo, que fue posiblemente la advocación primitiva.
Para acceder al ábside propiamente dicho hay que hacerlo por dos pequeñas escaleras adosadas a los muros laterales.
El muro de cierre del ábside está decorado con arcuaciones ciegas sobre columnas sogueadas. En los capiteles se ven pequeños leones entre triángulos sogueados.
Una ventana triforada con los vanos separados por columnas da luz al ábside.
No queda nada de la decoración pictórica que debió cubrir los muros.
El aparejo es de sillarejo con cantoneras.
Que gusto seguirte en tu periplo por Asturias.¡¡¡¡
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