San Juan de Amandi.
Amandi es una parroquia de población dispersa del concejo de Villaviciosa, a muy corta distancia de la capital del concejo.
La iglesia parroquial de San Juan fue declarada Monumento Nacional en 1981. Se la fecha a principios del siglo XIII, pese a que haya documentos anteriores que la citan, pero no debía ser el edificio que ha llegado a nuestros días. Fue en sus inicios iglesia de un monasterio.
Es de una nave con cubierta de madera encabezada por un ábside semicircular con bóveda de cuarto de esfera precedido por un espacio recto con bóveda de arista.
La nave y el presbiterio conectan a través de un gran arco triunfal con los capiteles de las dos columnas que lo sostienen decorados.
Un pórtico de madera del siglo XVII la rodea por el sur y el oeste.
En cada uno de los lados porticados hay una puerta.
La extraordinaria puerta occidental es notoriamente apuntada. Consta de cuatro arquivoltas, decoradas con dientes de sierra (grandes y pequeños), rosetas y cabezas picudas. En el guardapolvo se muestran flores.
Las cabezas picudas, similares a las de San Esteban de Aramil, aparecen en algunas iglesias asturianas de la época y se suponen traídas por navegantes desde Irlanda y/o Normandía.
Curiosamente las columnas son abombadas y sostienen capiteles con decoración vegetal.
Excepto uno en que aparece la presentación del Niño en el templo.
Corona la fachada una espadaña contemporánea del pórtico.
La portada de muro sur es mucho más sencilla. Consta de dos arquivoltas lisas. La única decoración, muy simple, está en el guardapolvo y la imposta.
El ábside a finales del siglo XVIII fue desmontado pieza a pieza y reconstruido pues amenazaba con derrumbarse.
Este hecho consta en un sillar empotrado en él.
El ábside queda dividido por cinco columnas. En cada uno de los espacios que se generan entre ellas se abre una esbelta ventana con derrame al interior formada por columnas con capiteles esculpidos que sostienen arcos con dientes de sierra bajo un guardapolvo con decoración floral.
Bastantes de los capiteles son figurados.
Dos impostas, una ajedrezada y otra con motivos florales, recorren a distintas alturas el ábside.
Los capiteles de las columnas y una serie de canecillos soportan el alero. Los capiteles son vegetales.
Los canecillos son mayoritariamente geométricos pero no faltan los figurados con cabezas de animales y personajes humanos.
En la cornisa del tramo recto anterior al ábside hay algunos que son buena muestra del románico erótico.
En el interior una doble columnata sostiene arcuaciones que recorren el ábside y el amplio espacio preabsidal.
Algunos capiteles de esa columnata son vegetales, pero otros son historiados con representaciones del Viejo y Nuevo Testamento.