A mediados de febrero, tras un par de meses de invierno sin salidas, partimos hacía Gandía a pasar una semana, fundamentalmente para disfrutar del buen tiempo y los arroces de la zona.
El viaje por Zaragoza fue rápido, sin contratiempos y a mediodía ya estábamos en el hotel.
La tarde la dedicamos a conocer Gandía, algo alejada de la playa donde estábamos situados.
En la Plaza Mayor se hallan dos de los edificios más emblemáticos de la ciudad: el Ayuntamiento.
Y la Colegiata.
En la que destaca la portada de los Apóstoles en la plaza vecina.
En la plaza de las Escuelas Pías se han instalado una serie de estatuas que representan a los miembros más relevantes de la familia Borja.
Visita obligada en Gandía es el Palacio Ducal, residencia de la familia Borja desde 1485, parte de cuyo espacio ocupa actualemnte el colegio de los jesuitas.
El día siguiente amaneció despejado, aunque fresquito. Nos acercamos primero a la torre-vigía de Xeraco. Estas torres abundaban a lo largo de la costa para vigilar la llegada de bajeles piratas. El exterior de ésta ha sido restaurado, el interior está convertido en un estercolero.
Junto a la torre discurre el río Vaca, muy frecuentado por diversos tipos de aves.
Nos dirigimos a Alzira donde el paseo fue a ratos bajo la lluvia.
En la segunda mitad del siglo pasado se desvío el ramal del Júcar que cruzaba el centro de la ciudad. El antiguo cauce es hoy una calle que conserva los casalicios que adornaban el antiguo puente de Sant Bernat.
Las antiguas murallas es uno de los atractivos que conserva Alzira.
De Alzira a Algemesí, ya sin nada de lluvia. Allí visitamos San Jaime
Con la capilla que alberga el sepulcro de la beata Josefa Naval (la señora Pepa), cuya devoción en la ciudad es grande.
Con un paseo por la villa se nos hizo la hora de comer.
Por la tarde paseo, compras y cine como haríamos varios de los días.
Al día siguiente a Cullera. Paseo por la playa.
Y subida al castillo.
Lo mejor, las vistas.
Las diversas dependencias, muy restauradas, conservan poco del sabor original
En la antigua capilla se ha instalado un pequeño museo arqueológico. Esta cruz de término gótico-renacentista es de lo más relevante.
Junto al castillo se halla el Santuario de la Virgen del siglo XIX.
En una visita a tierras valencianas no podíamos dejarnos la visita a uno de mis lugares predilectos: El Palmar en el centro de la Albufera. Allí donde la paella y el all-i-pebre saben a gloria.
El sábado lo dedicamos a recordar épocas pasados. Fuimos a Caudete, pueblo donde nació mi padre y de donde son la inmensa mayoría de mis antepasados paternos desde el siglo XVI, tal como he podido rastrear en el archivo parroquial. Allí fuimos muy bien acogidos por nuestros primos tras muchos años sin vernos.
Antes de dejar Caudete nos detuvimos en la ermita de la Virgen de Gracia a la que tanta devoción le tenía mi padre.
Durante el regreso a Gandía amenazaba tormenta, pero todo quedó en la amenaza.
El domingo el objetivo fue Denia y su castillo.
Mientrtas ascendíamos hacia él teniamos vistas sobre Nuestra Señora de la Asunción.
El castillo está bien acondicionado para su visita.
El camino empedrado de ascenso te remonta a otros tiempos.
Murallas y baluartes se distribuyen entre una agradable pineda.
Las vistas son estupendas.
Sobre todo hacia El Montgó
En la parte más alta el viento soplaba de lo lindo.
Visitamos el museo y emprendimos el descenso.
Las calles de Denia estaban muy tranquilas. ¡Qué diferencia con el aspecto que deben presentar en verano!
Tampoco había mucho movimiento en el puerto, pero el tiempo tampoco motivaba al paseo.
El siguiente día fuimos al monasterio de Santa María de Valldigna, ubicado en Simat. Fundado en 1298 por Jaime II, que cedió el lugar a la abadía de Santes Creus. Un terremoto en el siglo XIV y otro en el XVII provocaron graves daños. Fue reformado más tarde dándole un nuevo aspecto, sobre todo a al actual iglesia y a la capilla de Nuestra Señora de Gracia, ambas barrocas.
Con la desamortización empezó la ruina y el expolio del lugar, que en 1991 fue adquirido por la Generalitat y se inició un plan de restauración y recuperación de partes dispersas.
La fuente de los tritones es una muestra de las obras recuperadas, que desde 1851 estaba en Valencia.
Desde el amplio patio se tiene una excelente vista de la entrada y la capilla de Nuestra Señora de Gracia
El aspecto exterior de la iglesia no hace suponer lo que vamos a hallar en su interior.
Ya sorprende la rica decoración del ático.
Y qué decir del interior.
Especialmente de la cúpula.
Las restantes dependencias alternan partes con los retos consolidados y otras restauradas.
El claustro alto del palacio del abad es otra de las partes recuperadas, que estaba en una mansión de Torrelodones.
En el refectorio se ha reconstruido recientemente la bóveda.
La capilla de Nuestra Señora de Gracia, situada junto al portal de acceso al monasterio fue construida en el siglo XVIII para prestar los servicios litúrgicos a la población de Simat.
A escasa distancia del monasterio se halla la ermita de Santa Ana, antigua mezquita, conocida popularmente como la Xana.
Desde allí se disfruta de una buena perspectiva del monasterio tras los naranjales.
Por la tarde nos dimos un paseo por el Grau de Gandía.
Donde visitamos la interesante iglesia de San Nicolás, de principios de los años sesenta del siglo pasado, obra de Eduardo Torroja.
Acabamos con un paseo por Gandía.
Donde aún pudimos asistir al desfile de presentación de las fallas.
Nuestro último día en Gandía lo iniciamos visitando algunos pueblos, pero el intenso viento nos hizo abandonar y dirigirnos más al interior. Fuimos a La Ollería para intentar visitar el Museo del Vidrio, pero estaba cerrado y sin ninguna indicación de horarios. Regresábamos a Gandía y paramos en el monasterio e San Jerónimo de Cotalba.
Entre semana sólo abre para visitas concertadas, pero como vimos un autocar entramos.
Los viajeros del autocar ya se iban y la iglesia ya estaba cerrada.
Aún nos dio tiempo de echar un vistazo al claustro y al jardín.
Con esta visita dimos por terminado el viaje y dedicamos la última tarde a la lectura, al cine y al paseo.
El miércoles, a casa.