La localidad de Saint Nectaire, que debe su nombre a la iglesia construida en el monte Cornadore en conmemoración de quien fue uno de los evangelizadores de las Galias, es también famosa como denominación de origen de uno de los mejores quesos franceses.
La datación de St-Nectaire así como las de las otras grandes iglesias de Auvernia es muy controvertida. Hay quienes se inclinan por considerarla del finales del siglo XI mientras otros retrasan esta fecha hasta mediados del XII cuando se estableció aquí un priorato de La Chaise-Dieu.
Muy dañada durante la Revolución, fue bastante reconstruida en 1875. A principios de este siglo una nueva restauración le ha devuelto su belleza.
La decoración de su cabecera es sobria, pero luce un friso de mosaicos figurando rosetas, que sobresale por encima de las tres capillas radiales del deambulatorio.
A cada lado del transepto hacia el este hay una absidiola.
El acceso se realiza por la portada con doble arcuación de medio punto, situada al oeste.
El espacio interior se divide en tres naves precedidas de un nártex. La nave central se cubre con bóveda de cañón y las laterales, de arista. Sobre éstas se alza una tribuna. A diferencia de las demás iglesias del grupo no alternan columnas y pilastras sosteniendo los arcos formeros y fajones, sino que todo son columnas.
El coro, sobreelevado, muestra una serie de capiteles excepcionales. Todos ellos historiados y con escenas en cada una de sus caras.
En los capiteles aparecen escenas de la Pasión. El prendimiento con el beso de Judas.
Cristo con la cruz a cuestas.
En otros escenas relacionadas con la Resurrección. Jesús resucita mientras los soldados duermen.
La duda de Santo Tomás.
Las Santas Mujeres frente al sepulcro. Esta escena aparece en un capitel situado al otro lado del hemiciclo, enfrente del anterior, lo que nos muestra que estamos ante un programa iconográfico muy estudiado.
En otro capitel aparece un donante, escena no muy habitual.
Hay milagros. La multiplicación de los panes y los peces.
También la vida de San Nectario. Cruzando el Tíber.
Resucitando un muerto.
El Apocalipsis está presente con los jinetes.
Con los condenados.
Los elegidos.
Y el descenso al limbo.
En las capillas del deambulatorio aparecen temas típicos auverneses. Las Victorias con escudos.
El mono ensogado.
Aún en el transepto hay algún otro capitel figurativo, también de temáticas de la zona. Hombres portando corderos.
Las tentaciones en el desierto.
O tritones con excrecencias vegetales.
En las naves los capiteles son casi todos vegetales. En total son más de cien los esculpidos.
La iglesia la preside la Virgen de Mont Cornadore, policromada y dorada, contemporánea de la iglesia.
Otros tesoros que guarda la iglesia de época románica son el busto de San Baudime en cobre dorado..
Y dos cubiertas de libros en esmaltes de Limoges.