La iglesia de los Santos Apóstoles, situada en una tranquila plazoleta del centro de Florencia, es uno de los principales monumentos románicos de la ciudad.
Está situada en la plaza del Limbo, llamada así porque en este lugar estaba el cementerio de los niños que morían sin haber sido bautizados.
Fue construida en el siglo XI, aunque una placa sobre una de las puertas laterales nos quiera convencer de que fue fundada por el mismo Carlomagno y su paladín Roldán.
La fachada de ladrillo también es del siglo XI, pero la portada en mármol blanco y gris es de 1512, obra de Benedetto da Rovezzano
El interior es de tres naves separadas por columnas de mármol verde de Prato. El techo de madera es del siglo XIV y el pavimento fue restaurado en el XVI y ahora alberga muchas tumbas de ciudadanos ilustres.
Los capiteles son diferentes y algunos de ellos se supone proceden de las antiguas termas romanas situadas en las cercanías.
Sólo tiene un ábside semicircular.
Las naves laterales acaban planas.

Nave sur

Nave norte
El ábside es visible exteriormente desde un callejón lateral.
Al igual que el campanario, construido por Baccio d’Agnolo en el siglo XVI.
Como cualquier iglesia florentina contiene importantes obras de arte, sobre todo de época renacentista, como el tabérnaculo de cerámica vidriada, obra de Giovanni della Robbia, que preside la capilla de la cabecera de la nave norte.
O Esta pintura de la Ascensión, de Vasari, situada en una capilla de la nave sur.