El día 12 de junio de 2014 aprovechando nuestra estancia en Andorra dedicamos el día a visitar lugares de Canillo.
De buena mañana nos dirigimos a Sant Joan de Caselles, situada a corta distancia de Canillo en dirección a Francia.
Muy visible al estar ubicada sobre un pequeño montículo entre la carretera y el río Valira, se trata de una interesante iglesia románica de estilo lombardo.
Es de una nave con cubierta de madera que culmina en un ábside semicircular orientado al este, si bien con notoria desviación hacia el norte, cubierto con bóveda de horno.
Curiosamente la puerta de entrada está al norte y no al sur como suele ser habitual en el románico. Probablemente es debido a que al sur queda poco espacio entre la iglesia y el río.
La puerta conserva antiguos herrajes.
La portada está precedida por un pórtico medieval, que a su vez comunica con otro pórtico al oeste, construido mucho más tarde.
Lo más interesante es el campanario cuadrangular de cuatro pisos. En el segundo se abren ventanas de medio punto menos al sur. En el tercero ocurre lo mismo, si bien aquí las ventanas son geminadas.
Un friso de arcuaciones ciegas separa el tercero del cuarto donde se repiten las ventanas geminadas y donde al sur sí hay una ventana de medio punto.
Al campanario se accede hoy desde la iglesia a través de un espacio añadido, pero antiguamente estaba separado de la iglesia y tenía su propia puerta de acceso al oeste, visible actualmente, aunque cegada, en el interior del pórtico.
En el interior la iglesia conserva fragmentos de un Cristo en Majestad de madera con la cabeza de estuco enmarcado por pinturas de principios del XII, desgraciadamente bastante dañadas cuando se descubrieron y se separaron de otras pinturas góticas que las cubrían.
El ábside , tras una reja, muestra un retablo gótico dedicado a San Juan, de principios del XVI, atribuido al denominado Maestro de Canillo.
De San Juan descendimos hasta la población para por calles empinadas dirigirnos a la iglesia parroquial de Sant Serni.
Esta iglesia, aunque de origen románico pues es citada en el siglo XI, es obra de los siglos XVII y XVIII como atestigua el 1768 situado sobre la portada.
Tras la actual cabecera aún se ven sillares del ábside primitivo.
Excavaciones realizadas en 2009 pusieron al descubierto tumbas fechadas desde los siglos VI-VII y restos de lo que pudo ser una iglesia anterior.
La iglesia conserva un par de retablos barrocos.
Un Cristo gótico de fines del XIV.
Y la denominada Cruz de Carlomagno, del XVI, que estaba ubicada entre Meritxell y Prats en el lugar en que ahora hay una copia.
En el exterior hay una antigua pila bautismal semiesférica, de granito, que fue usada como fuente.
Y en el interior otra benditera también medieval.
Más arriba de la iglesia el río de Montaup baja con fuerza antes de unirse al Valira.
Desde esa zona las vistas son espectaculares.
Bajo la iglesia, junto a la carretera, se halla el Palacio de Hielo.
Al otro lado del Valira está la iglesia de la Santa Creu. Sencillo edificio de principios del XVIII que contiene un retablo barroco.
Siguiendo en dirección a Andorra la Vella encontramos el santuario de Nuestra Señora de Meritxell, patrona de Andorra. En 1972 un incendió arrasó la pequeña capilla y desapareció la imagen románica de la Virgen.
Esta imagen gozaba de gran devoción entre los andorranos. La fotografía es de una copia situada en el santuario.
Se encargó la restauración al arquitecto Ricardo Bofill, que construyó un nuevo santuario inaugurado en 1976.
Desde Meritxell un antiguo camino se dirige a Canillo.
Pasa por dos oratorios.
Y luego por la Cruz de Carlomagno, donde una copia sustituye la original guardada en la parroquial de Canillo.
Regresamos a Meritxell a buscar el coche y dimos por finalizada la intensa mañana.