La basílica de San Julián se levantó sobre la tumba de este mártir del siglo IV.
La iglesia actual fue construida en varias fases y duró más de un siglo, desde mediados del XI a casi finales del XII. Las bóvedas góticas de la nave principal se añadieron en el XIII.
La cabecera muestra el escalonamiento usual en el románico de Auvernia y una rica decoración gracias a las combinaciones con la policromía de las piedras.
Su fachada de poniente y el campanario que la corona fueron reconstruidos en el siglo XIX
Las portadas y ventanas del primer nivel juegan con el cromatismo bicolor de las dovelas.
El acceso se efectúa por las portadas situadas tras un pórtico, cubierto con bóvedas de arista, al norte y al sur.
El pórtico sur, más vistoso, muestra capiteles con decoración vegetal y conserva buena parte de los herrajes y ornamentos de bronce de la puerta.
Al ver la nave principal, la más larga de todas las iglesias románicas de Auvernia, sorprende su escasa anchura.
Más normal se ve el tamaño de las naves laterales cubiertas con bóvedas de arista.
Girando la vista hacia los pies se aprecian las tribunas sobre el nártex y las columnas pintadas.
Así como las pinturas de la capilla de San Miguel.
Pese a los fragmentos perdidos, el programa pictórico sigue siendo muy amplio.
En el llamado pilar de los profetas es notable la calidad.
En otro de los pilares se halla una de las pinturas más conocidas de la iglesia.
Es el rostro de la llamada egipcia o mujer del ojo dilatado.
Aunque las pinturas sean lo más atrayente no es nada desdeñable el programa escultórico de los capiteles.
La temática es bastante auvernesa. El mono ensogado.
O los tritones con colas vegetales.
Otros se apartan de los motivos populares en la región como estos grifos.
Más originales son los rostros que hacen de soporte a semicolumnas.
El coro tiene deambulatorio con cinco capillas radiales.
En el coro destaca el capitel de las mujeres ante el sepulcro vacío de Jesús.
La pequeña cripta contiene un relicario del siglo XIX con las supuestas reliquias del santo y un icono actual que lo representa.
La estrella de San Julián es la capilla de San Miguel situada al sur de la tribuna sobre el nártex. Hay que solicitar la llave en la oficina de turismo.
Desde la tribuna se tiene una amplia visión de la nave, de las bóvedas, de los pilares y semicolumnas adosadas y del pavimento de cantos rodados.
Los capiteles se ven desde muy cerca.
Otra vez los motivos auverneses. Hombres portando corderos.
Y motivos distintos. Águila.
La bóveda de la capilla la centra una imagen del Pantocrátor rodeado por el Tetramorfos.
Una gran multitud de ángeles rodean a Cristo.
Escenas con los condenados completan el programa.
Es conocida el fragmento donde unos diablos se llevan una mujer
La ventana que ilumina la capilla permite ver de cerca la vidriera contemporánea realizada, como casi todas las de la iglesia, por Kim En Joong, monje dominico coreano. En una decisión controvertida se decidió sustituir las vidrieras destrozadas durante la Revolución por éstas como aportación de la contemporaneidad al mundo románico.
Contiene la iglesia obras artísticas interesantes de otros períodos como el terrorífico Cristo leproso del siglo XIV.
O la Virgen parturienta de la misma época.