Santa Fe de Morlaàs
Morlaàs fue capital del Béarn y se halla situada sobre la denominada vía tolosana del camino de Santiago.
Esta iglesia fue mandada edificar en 1080 por el vizconde Céntulo de Béarn, quien se había casado con una sobrina. El Papa Gregorio VII le amenazó de excomunión. El vizconde renunció al matrimonio y en penitencia cedió la iglesia en construcción a los cluniacenses.
El templo ha sufrido infinidad de reformas, pero así y todo conserva su interés.
Es una iglesia de tres naves y tres ábsides, litúrgicamente orientada. Tiene transepto poco pronunciado.
Las naves no recuerdan en absoluto el original románico. Cubiertas con bóvedas de crucería y revestidas con madera, son completamente fruto de las restauraciones.
En los ábsides se conserva la forma original. El central es mayor, tiene tres ventanas y está profusamente decorado.
Los arcos que separan los vanos parten de dos grandes capiteles con decoración vegetal y de monstruos.
Las ventanas tiene también sus capiteles decorados.
Todos estos capiteles interiores han sido pintados en época reciente con la intención de aproximarse a lo que probablemente fue su primer estado.
Los arcos de las ventanas están sostenidos exteriormente también con columnas y capiteles decorados y enmarcados con ajedrezado jaqués.
Los ábsides laterales no muestran ninguna decoración. Sin embargo, quedan descripciones que hablan de ábsides con bandas lombardas y canecillos soportando la cornisa, que desaparecieron en alguna desafortunada restauración no demasiado lejana en el tiempo.
El pavimento del ábside central es de mosaico formado por pequeñas teselas.
A la entrada de la iglesia hay un atrio de forma cuadrangular que conserva capiteles originales.
La portada es lo más sobresaliente del templo. Aunque muy restaurada, sigue siendo extraordinaria. Consta de seis arquivoltas que rodean el portal dividido por un parteluz. La enmarcan sendos contrafuertes sostenidos por columnas.
Las arquivoltas apean en pilastras y columnas alternándose. La primera, tercera y quinta, así como el guardapolvo muestran decoración vegetal. La segunda está decorada con un séquito de ánades en los que muchos ven una representación de los peregrinos a Compostela. En la cuarta unos atlantes sostienen a los veinticuatro ancianos del Apocalipsis y la centra un Agnus Dei. En la sexta están los treinta y cinco elegidos, siguiendo con la visión apocalíptica.

En las pilastras aparecen los doce apóstoles, en el siguiente orden de izquierda a derecha (mirando desde el espectador): Bartolomé, Santiago el Menor, Simón, Andrés, Juan, Pedro, Pablo (en lugar de Matías), Santiago el Mayor, Tomás, Felipe, Judas y Mateo.
Los capiteles de las columnas muestran decoración muy variada con predominio de animales y plantas entremezclados.
La puerta propiamente dicha está dividida en dos por un parteluz, que se levanta sobre seres encadenados.
En el tímpano que queda a la izquierda del parteluz está representada la matanza de los Inocentes y en el de la derecha la huida a Egipto.
En el ángulo donde se unen ambos tímpanos hay un crismón no inscrito en ningún círculo y sobre él el Pantocrátor dentro de una mandorla entre los símbolos de los evangelistas Mateo y Juan.
La escultura original del Pantocrátor se halla en el interior.
La restauración procuró ser fiel al original, pero hasta cierto punto pues los apóstoles, algunos capiteles, la huida a Egipto del tímpano de la derecha y la base del parteluz son más bien fruto de la fantasía de los escultores que participaron en la restauración en el siglo XIX.